Es un procedimiento por el cual una empresa o entidad que requiere financiamiento elige y separa legal y contablemente una parte de sus activos (por ejemplo los activos fijos, las cuentas por cobrar u otros capaces de generar flujos futuros de ingresos) con el objeto de que le sirvan de respaldo para efectuar emisiones de títulos, especialmente bonos (denominados bonos de titulización). Los bancos, por ejemplo, pueden emplear para tal efecto sus carteras de créditos, en tanto que organismos públicos como las municipalidades pueden hacer lo propio con sus ingresos esperados por los peajes que recaudan.
El siguiente paso es entregar en fideicomiso dichos activos a una sociedad titulizadora, convirtiéndolo en un patrimonio fideicometido. De esa manera se puede efectuar la emisión y obtener rápidamente la liquidez requerida, sin necesidad de esperar al flujo normal de ingresos de la empresa o entidad.
El gráfico siguiente, publicado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), explica el detalle del proceso de titulización llevado a cabo hace algunos años por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
Se puede ver que la MML, originador del proceso, empleó para tal fin los recursos a cobrar por una de sus empresas, la Empresa Municipal Administradora de Peajes (EMAPE), que se convirtió así en el ente servidor del proceso.
Esos recursos a cobrar constituyeron el patrimonio fideicometido, que pasó a ser administrado por un ente fiduciario, en este caso Scotia Titulizadora. El impuesto vehicular, recaudado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la MML, constituyó el patrimonio en garantía.
Eso hizo posible llevar a cabo la emisión de bonos, y que la MML obtuviera importantes recursos, que le permitieron desarrollar su programa de inversiones.
lunes, 4 de julio de 2016
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