La ecuación fundamental de la contabilidad, y que por ello es elemento central del Balance o Estado de Situación Financiera de cualquier empresa, es la siguiente:
donde el Activo es el total de bienes tangibles o intangibles con que cuenta la empresa, el Pasivo es el conjunto de todas sus deudas, y el Patrimonio es el recurso aportado por sus propietarios.
La ecuación significa que todo aquello de lo que dispone la empresa en un momento dado (el Activo) está financiado con recursos propios (el Patrimonio) o de terceros (el Pasivo).
También se puede expresar de la siguiente manera:
la cual señala que el Patrimonio es el saldo que resulta luego de restar el Pasivo al Activo. Eso significa que no todo el valor de los bienes de una empresa corresponde a sus propietarios. Primero se debe restar de ese total el monto de todas las deudas pendientes. Sólo entonces se puede determinar lo que efectivamente pertenece a los dueños.
El éxito de la empresa radica en hacer lo más grande posible esa diferencia, para incrementar la riqueza o patrimonio de sus accionistas o propietarios. Si en lugar de eso tiene más deudas que activos, sus propietarios estarán descapitalizándose, por lo que el negocio perderá sentido e irá camino a la quiebra.
El cuadro adjunto, por ejemplo, nos dice que a junio del presente año la empresa agroindustrial Casagrande, principal productora de azúcar del Perú, tenía activos por un total de 1,738 millones de soles, pasivos por 476 millones y un patrimonio de 1,262 millones.
Eso significa que la empresa estaba financiando con sus propios recursos el 72.6% de los activos, en tanto que estaba recurriendo a préstamos para financiar únicamente el 27.4% restante.
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