Es un seguro vigente en el Perú, que tiene como objetivo asegurar la atención, de manera inmediata e incondicional, de las víctimas de accidentes de tránsito que sufren lesiones corporales y muerte.
Fue creado en octubre de 1999 mediante la Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre (Ley 27181) y reglamentado el año 2000. Está operativo desde el 1 de julio del 2002.
Características
Cubre a todas las personas afectadas por un accidente de tránsito, sin importar la causa de éste.
No tiene límite en cuanto al número de personas afectadas, pues las cubre a todas.
Las sumas aseguradas no se reducen con la ocurrencia de los accidentes.
La atención de las víctimas no requiere el pronunciamiento de autoridad alguna.
Es obligatorio para todos los vehículos automotores que circulen por el territorio nacional.
El pago de las respectivas indemnizaciones no requiere ninguna investigación respecto a la responsabilidad en el accidente.
Las únicas exclusiones para el seguro son los accidentes causados en carreras de automóviles y otras competencias de vehículos motorizados, los ocurridos fuera del territorio nacional, los ocurridos en lugares no abiertos al tránsito público, los ocurridos como consecuencia de guerras, eventos de la naturaleza u otros casos fortuitos o de fuerza mayor originados por causas ajenas a la circulación del vehículo automotor, y los suicidios y la comisión de lesiones auto inferidas.
El SOAT cubre los siguientes riesgos de los ocupantes o terceros no ocupantes de un vehículo automotor asegurado:
Los montos de las coberturas por persona son los siguientes:
En caso de muerte: cuatro Unidades Impositivas Tributarias (UIT)
En caso de invalidez permanente: hasta cuatro UIT
En caso de incapacidad temporal: hasta una UIT
Para gastos médicos: hasta cinco UIT
Para gastos de sepelio: hasta una UIT
Nota: el valor de la UIT para el año 2015 es de 3,850.00 soles.
lunes, 21 de diciembre de 2015
sábado, 12 de diciembre de 2015
Punto de Equilibrio
El punto de equilibrio es el nivel de ventas en el cual una empresa no pierde ni gana. Es decir, aquel en el cual alcanza un equilibrio entre sus ingresos y egresos.
Constituye el nivel mínimo de ventas al que ésta debe aspirar para comenzar a obtener utilidades. Si vende menos, no logra cubrir sus costos y pierde, y si vende más, cubre sus costos y comienza a ganar. Por esa razón también se le denomina umbral de rentabilidad.
Está dado por la fórmula siguiente:
En ella, el Margen de Contribución equivale a la diferencia entre el Precio de Venta Unitario (PVu) y el Costo Variable Unitario (CVu), es decir, a la ganancia que se obtiene por cada nueva unidad vendida, o al aporte que hace cada una de éstas para cubrir los costos fijos.
Reemplazando en la fórmula, esta queda así:
Constituye el nivel mínimo de ventas al que ésta debe aspirar para comenzar a obtener utilidades. Si vende menos, no logra cubrir sus costos y pierde, y si vende más, cubre sus costos y comienza a ganar. Por esa razón también se le denomina umbral de rentabilidad.
Está dado por la fórmula siguiente:
En ella, el Margen de Contribución equivale a la diferencia entre el Precio de Venta Unitario (PVu) y el Costo Variable Unitario (CVu), es decir, a la ganancia que se obtiene por cada nueva unidad vendida, o al aporte que hace cada una de éstas para cubrir los costos fijos.
Reemplazando en la fórmula, esta queda así:
martes, 8 de diciembre de 2015
¿Qué es el Análisis de Sensibilidad?
En la evaluación de proyectos, el aspecto determinante es, sin duda alguna, la rentabilidad, la cual se mide a través de los conocidos métodos del Valor Actual Neto (VAN) y Tasa Interna de Retorno (TIR), los cuales nos dicen si un proyecto es viable o no desde ese aspecto.
Éste consiste en plantear diversos escenarios en el devenir de los proyectos, intentando indagar cómo podrían alterar su desempeño. Es decir, en asumir que, por diversos motivos, los valores previamente estimados no se cumplen, y más bien varían significativamente, estableciendo un escenario distinto al estimado. De esa manera se puede prever situaciones no contempladas, y reaccionar adecuadamente ante ellas.
Esos cambios podrían estar dados por bajas en el precio de ventas, elevación del costo de los insumos (por ejemplo el petróleo), modificaciones del tipo de cambio, incremento del costo financiero, cambios en las tasas tributarias, cambio en la legislación económica, incursión de un nuevo competidor que reduzca la demanda, aparición de un bien sustituto, etc.
Esos cambios podrían estar dados por bajas en el precio de ventas, elevación del costo de los insumos (por ejemplo el petróleo), modificaciones del tipo de cambio, incremento del costo financiero, cambios en las tasas tributarias, cambio en la legislación económica, incursión de un nuevo competidor que reduzca la demanda, aparición de un bien sustituto, etc.
La función de este análisis es incorporar numéricamente esos cambios en los flujos esperados del proyecto para determinar si, a la luz de una nueva evaluación bajo el VAN y el TIR, sigue siendo rentable.
Imagen: queaprendemoshoy,com
Imagen: queaprendemoshoy,com
domingo, 6 de diciembre de 2015
¿Qué son la Intermediación Financiera Directa y la Intermediación Financiera Indirecta?
Toda economía requiere de financiamiento, pues éste permite que los agentes económicos (personas, empresas y el Estado) complementen el financiamiento propio y lleven a cabo adecuadamente sus planes de gasto e inversión.
En dicho proceso, los agentes económicos superavitarios (poseedores de excedentes) canalizan recursos a los agentes económicos deficitarios (necesitados de éstos). Es decir, los ahorristas canalizan recursos hacia los que requieren realizar gastos o inversiones.
Ese financiamiento se puede llevar a cabo de manera directa (cuando los agentes superavitarios se contactan directamente con los deficitarios y les facilitan fondos) o a través de intermediarios (cuando la canalización de recursos se efectúa a través de un elemento que vincula a agentes superavitarios y deficitarios).
En este último caso hablamos de intermediación financiera, la cual puede ser de dos tipos:
Directa. Bajo esta modalidad, el agente superavitario da instrucciones al intermediario para que éste canalice su capital al agente deficitario que él le señale.
Indirecta. Aquí, en cambio, el agente superavitario no conoce a qué agente deficitario se destinará su capital. Él simplemente acude al intermediario (banco u otra entidad del sistema financiero) y efectúa su depósito, y luego éste se encarga, a través de su evaluación y su política de créditos, de determinar al destinatario del recurso.
Ejemplos de intermediación directa son las operaciones a través de las sociedades agentes de bolsa, fondos mutuos y otras entidades que operan en el ámbito de la bolsa de valores y el mercado de capitales, donde se negocia acciones, bonos, papeles comerciales, etc.
Ejemplos de intermediación indirecta, por su parte, son todas las operaciones de depósitos (en cuentas corrientes, de ahorro, a plazo, de CTS, etc) y créditos (comerciales, a las pymes, corporativos, de consumo, hipotecarios, etc) que se lleva a cabo en los bancos, financieras, cajas municipales, cajas rurales y otras entidades del sistema financiero.
Por vincular de manera mucho más expeditiva a los agentes superavitarios y deficitarios, la intermediación directa suele tener un menor costo que la indirecta.
En dicho proceso, los agentes económicos superavitarios (poseedores de excedentes) canalizan recursos a los agentes económicos deficitarios (necesitados de éstos). Es decir, los ahorristas canalizan recursos hacia los que requieren realizar gastos o inversiones.
Ese financiamiento se puede llevar a cabo de manera directa (cuando los agentes superavitarios se contactan directamente con los deficitarios y les facilitan fondos) o a través de intermediarios (cuando la canalización de recursos se efectúa a través de un elemento que vincula a agentes superavitarios y deficitarios).
En este último caso hablamos de intermediación financiera, la cual puede ser de dos tipos:
Directa. Bajo esta modalidad, el agente superavitario da instrucciones al intermediario para que éste canalice su capital al agente deficitario que él le señale.
Indirecta. Aquí, en cambio, el agente superavitario no conoce a qué agente deficitario se destinará su capital. Él simplemente acude al intermediario (banco u otra entidad del sistema financiero) y efectúa su depósito, y luego éste se encarga, a través de su evaluación y su política de créditos, de determinar al destinatario del recurso.
Ejemplos de intermediación directa son las operaciones a través de las sociedades agentes de bolsa, fondos mutuos y otras entidades que operan en el ámbito de la bolsa de valores y el mercado de capitales, donde se negocia acciones, bonos, papeles comerciales, etc.
Ejemplos de intermediación indirecta, por su parte, son todas las operaciones de depósitos (en cuentas corrientes, de ahorro, a plazo, de CTS, etc) y créditos (comerciales, a las pymes, corporativos, de consumo, hipotecarios, etc) que se lleva a cabo en los bancos, financieras, cajas municipales, cajas rurales y otras entidades del sistema financiero.
Por vincular de manera mucho más expeditiva a los agentes superavitarios y deficitarios, la intermediación directa suele tener un menor costo que la indirecta.
sábado, 5 de diciembre de 2015
Riesgos de los Conglomerados Mixtos
Hace algunas semanas nos referimos aquí a los grupos económicos, que pueden tener la forma de conglomerados financieros, conglomerados no financieros o conglomerados mixtos.
Entre ellos, se considera especialmente riesgosos a los conglomerados mixtos, es decir aquéllos que, además de estar compuestos por empresas industriales, comerciales y de otros rubros, también lo están por bancos y otras empresas del sistema financiero (financieras, empresas de seguros, etc).
La razón de esa preocupación es la peligrosa vinculación o dependencia que se puede generar entre las empresas no financieras del grupo y las financieras, que actúan como brazos financieros o elementos captadores de recursos externos. Esa dependencia, que se suele agravar en épocas de inestabilidad macroeconómica, puede darse a través de formas como las siguientes:
- El banco del grupo puede estar destinando a una o varias de las empresas de éste un excesivo monto de sus recursos, sin tener en cuenta (debido al favoritismo que suele haber en estos casos) que quizá su situación financiera no es la más adecuada. Con ello pone en riesgo dichos recursos y su propia solvencia. Más bien debería diversificar sus créditos entre empresas de dentro y fuera del grupo, basándose exclusivamente en su calidad como prestatarias.
- El banco del grupo puede estar dependiendo en exceso de los depósitos de las empresas no financieras del grupo. Eso lo hace vulnerable en el caso de que éstas ingresen a dificultades financieras y se vean obligadas a retirarlos. Más bien debería diversificar sus fuentes de fondos, captándolos también de empresas ajenas al grupo.
Ésas son dos de las razones por las cuales esta modalidad de conglomerado suele estar sujeta a exhaustivas evaluaciones por parte de los organismos reguladores, y a la imposición de estrictos topes (como porcentaje del patrimonio de los bancos). Sin embargo, a veces estas normas regulatorias son burladas por medio de complejos esquemas de organización empresarial, que simulan que no hay vinculación cuando sí la hay.
Cuando degeneran en casos como los vistos, estas vinculaciones, lejos de ser una palanca de crecimiento del grupo, pueden convertirse en fuentes de graves problemas, inclusive de su quiebra. Además, pueden ocasionar graves problemas en el resto de la economía, teniendo en cuenta lo peligroso que es para ésta la quiebra de un banco.
Entre ellos, se considera especialmente riesgosos a los conglomerados mixtos, es decir aquéllos que, además de estar compuestos por empresas industriales, comerciales y de otros rubros, también lo están por bancos y otras empresas del sistema financiero (financieras, empresas de seguros, etc).
La razón de esa preocupación es la peligrosa vinculación o dependencia que se puede generar entre las empresas no financieras del grupo y las financieras, que actúan como brazos financieros o elementos captadores de recursos externos. Esa dependencia, que se suele agravar en épocas de inestabilidad macroeconómica, puede darse a través de formas como las siguientes:
- El banco del grupo puede estar destinando a una o varias de las empresas de éste un excesivo monto de sus recursos, sin tener en cuenta (debido al favoritismo que suele haber en estos casos) que quizá su situación financiera no es la más adecuada. Con ello pone en riesgo dichos recursos y su propia solvencia. Más bien debería diversificar sus créditos entre empresas de dentro y fuera del grupo, basándose exclusivamente en su calidad como prestatarias.
- El banco del grupo puede estar dependiendo en exceso de los depósitos de las empresas no financieras del grupo. Eso lo hace vulnerable en el caso de que éstas ingresen a dificultades financieras y se vean obligadas a retirarlos. Más bien debería diversificar sus fuentes de fondos, captándolos también de empresas ajenas al grupo.
Ésas son dos de las razones por las cuales esta modalidad de conglomerado suele estar sujeta a exhaustivas evaluaciones por parte de los organismos reguladores, y a la imposición de estrictos topes (como porcentaje del patrimonio de los bancos). Sin embargo, a veces estas normas regulatorias son burladas por medio de complejos esquemas de organización empresarial, que simulan que no hay vinculación cuando sí la hay.
Cuando degeneran en casos como los vistos, estas vinculaciones, lejos de ser una palanca de crecimiento del grupo, pueden convertirse en fuentes de graves problemas, inclusive de su quiebra. Además, pueden ocasionar graves problemas en el resto de la economía, teniendo en cuenta lo peligroso que es para ésta la quiebra de un banco.
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