El costo de oportunidad es aquel costo en que se incurre al renunciar a una determinada acción por haber elegido otra.
Por ejemplo, si se decide comprar al contado en lugar de hacerlo a plazos, el costo de oportunidad estará dado por la disminución de liquidez en que se tuvo que incurrir, y que podría haber servido para otro uso, por ejemplo el pago de una deuda costosa.
También hay un costo de oportunidad cuando se mantiene un inventario excesivo en lugar de uno acorde al flujo de ventas (lo que inmoviliza el vital capital de trabajo y eleva el costo de almacenamiento), o cuando se opta por un activo fijo más barato que otro (que quizá sea mucho menos eficiente y productivo), o cuando por el afán de ahorrar se transporta la mercadería por barco en lugar de hacerlo por avión (lo que podría ser fatal tratándose de productos delicados o fácilmente perecibles), o cuando se decide consumir las utilidades en lugar de reinvertirlas (para que el negocio siga creciendo).
Como vemos, existe un costo de oportunidad prácticamente en cualquier decisión que se pueda tomar, y como tal debe ser considerado en la evaluación del negocio, con el objetivo de que sea el más bajo posible, pues ello repercutirá directamente en el fundamental aspecto de la rentabilidad.
sábado, 24 de noviembre de 2018
jueves, 22 de noviembre de 2018
Diferencia entre Eficacia y Eficiencia
Se tiende a confundir ambos conceptos pensando que son sinónimos, pero en realidad son diferentes.
La Eficacia es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, sin tener en cuenta la forma en que se logra.
La Eficiencia, en cambio, es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, pero con el menor costo posible.
Dos trabajadores podrían tener la misma eficacia, no sólo por ser capaces de ejecutar determinada labor, sino por llevarla a cabo en el mismo tiempo. Pero uno será más eficiente que el otro si lo hace con un menor costo, por ejemplo empleando una menor cantidad de recursos o echando a perder menos materiales.
En un caso como ese, de similar eficacia, pero distinta eficiencia, la empresa sin duda preferirá al trabajador más eficiente, pues le permitirá conseguir sus objetivos de una manera mucho menos costosa y por ende mucho más rentable.
Pero podría darse el caso de que un trabajador sea mucho más eficaz que otro, aunque no tan bueno en términos de eficiencia. Por ejemplo, produce mucho más rápido, pero a la vez desperdicia más material. En ese caso la empresa deberá decidir aplicando el criterio de la Efectividad, que toma en cuenta simultáneamente el logro obtenido y el costo implicado en ese proceso.
La Eficacia es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, sin tener en cuenta la forma en que se logra.
La Eficiencia, en cambio, es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, pero con el menor costo posible.
Dos trabajadores podrían tener la misma eficacia, no sólo por ser capaces de ejecutar determinada labor, sino por llevarla a cabo en el mismo tiempo. Pero uno será más eficiente que el otro si lo hace con un menor costo, por ejemplo empleando una menor cantidad de recursos o echando a perder menos materiales.
En un caso como ese, de similar eficacia, pero distinta eficiencia, la empresa sin duda preferirá al trabajador más eficiente, pues le permitirá conseguir sus objetivos de una manera mucho menos costosa y por ende mucho más rentable.
Pero podría darse el caso de que un trabajador sea mucho más eficaz que otro, aunque no tan bueno en términos de eficiencia. Por ejemplo, produce mucho más rápido, pero a la vez desperdicia más material. En ese caso la empresa deberá decidir aplicando el criterio de la Efectividad, que toma en cuenta simultáneamente el logro obtenido y el costo implicado en ese proceso.
miércoles, 7 de noviembre de 2018
Factores que Influyen en el Spread Bancario
El spread bancario es la diferencia entre la tasa de interés que cobran los bancos por los créditos que otorgan (tasa activa) y la que pagan por los depósitos que reciben (tasa pasiva).
Esa diferencia se explica por varios factores, todos ellos igualmente atendibles. Es que el banco y las demás entidades financieras, además de pagar el interés por los dineros que captan, deben incluir conceptos como los siguientes:
1. Gastos operativos. Que incluyen todos los gastos en que incurren en su actividad: sueldos de sus trabajadores (entre ellos los analistas que evalúan la capacidad crediticia del solicitante), alquiler de las oficinas, costo de las computadoras y programas que emplean, etc.
2. Requerimientos de provisiones. Es decir, fondos que deben mantener inmovilizados para hacer frente a eventuales contingencias problemáticas (por ejemplo, cuentas de cobranza dudosa, fluctuación en el precio de títulos valores, pago de beneficios sociales, etc).
3. Encajes. Fondos que deben depositar en el banco central por exigencia de la política monetaria que este lleva a cabo en su permanente lucha contra la inflación.
4. Rentabilidad. La utilidad que se espera obtener por el negocio de intermediación.
Esos son los factores íntimamente asociados al negocio bancario. Pero hay otros que también influyen en el spread, y que tienen que ver más bien con las circunstancias o la coyuntura de la actividad financiera, o la realidad económica del país o del mundo.
Son factores tales como la concentración bancaria (una más elevada tendería a elevar el spread), el nivel de liquidez existente en la economía (que al influir sobre las tasas de interés activa y pasiva podría alterar hacia arriba o hacia abajo el nivel del spread), el apalancamiento (un banco con mayor capacidad para agenciarse recursos prestables podría operar con una menor tasa activa y por ende con un menor spread), el riesgo de devaluación (al afectar en un sentido o el otro los flujos esperados de ingresos y egresos financieros podría afectar el spread), la inflación (al afectar las tasas reales de interés y con ello el incentivo a ahorrar podría reducir el spread) y el nivel de actividad de la economía (un auge podría inducir a los bancos a elevar el spread, en tanto que un enfriamiento acompañado por el incremento de la tasa de morosidad podría obligarlos a reducirlo).
Esa diferencia se explica por varios factores, todos ellos igualmente atendibles. Es que el banco y las demás entidades financieras, además de pagar el interés por los dineros que captan, deben incluir conceptos como los siguientes:
1. Gastos operativos. Que incluyen todos los gastos en que incurren en su actividad: sueldos de sus trabajadores (entre ellos los analistas que evalúan la capacidad crediticia del solicitante), alquiler de las oficinas, costo de las computadoras y programas que emplean, etc.
2. Requerimientos de provisiones. Es decir, fondos que deben mantener inmovilizados para hacer frente a eventuales contingencias problemáticas (por ejemplo, cuentas de cobranza dudosa, fluctuación en el precio de títulos valores, pago de beneficios sociales, etc).
3. Encajes. Fondos que deben depositar en el banco central por exigencia de la política monetaria que este lleva a cabo en su permanente lucha contra la inflación.
4. Rentabilidad. La utilidad que se espera obtener por el negocio de intermediación.
Esos son los factores íntimamente asociados al negocio bancario. Pero hay otros que también influyen en el spread, y que tienen que ver más bien con las circunstancias o la coyuntura de la actividad financiera, o la realidad económica del país o del mundo.
Son factores tales como la concentración bancaria (una más elevada tendería a elevar el spread), el nivel de liquidez existente en la economía (que al influir sobre las tasas de interés activa y pasiva podría alterar hacia arriba o hacia abajo el nivel del spread), el apalancamiento (un banco con mayor capacidad para agenciarse recursos prestables podría operar con una menor tasa activa y por ende con un menor spread), el riesgo de devaluación (al afectar en un sentido o el otro los flujos esperados de ingresos y egresos financieros podría afectar el spread), la inflación (al afectar las tasas reales de interés y con ello el incentivo a ahorrar podría reducir el spread) y el nivel de actividad de la economía (un auge podría inducir a los bancos a elevar el spread, en tanto que un enfriamiento acompañado por el incremento de la tasa de morosidad podría obligarlos a reducirlo).
jueves, 1 de noviembre de 2018
¿Qué es el Spread Bancario?
El spread o margen bancario es el diferencial entre las tasas de interés activas y pasivas que aplican los bancos en sus operaciones rutinarias.
Como se sabe, la tasa activa es la que cobran por los créditos que otorgan y la pasiva la que pagan por los depósitos que reciben.
Por ejemplo, la siguiente información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú nos dice que en los primeros veintitrés días de octubre del año 2018 la tasa activa promedio en el sistema financiero peruano para las operaciones en moneda nacional fue de 14.18% . Mientras tanto, la tasa pasiva promedio fue de 2.31%.
Eso significa que el spread o margen para estas operaciones fue de 14.18 - 2.31 = 11.87 puntos porcentuales, tal como se aprecia en el gráfico siguiente:
La información también hace posible observar que dicho spread ha sido a lo largo del presente año significativamente menor que el del año pasado.
Por su parte, para las operaciones en moneda extranjera, el spread fue de 7.13 puntos porcentuales para el mismo período, como consecuencia de una tasa activa promedio de 7.85% y una pasiva promedio de 0.72%.
Como se sabe, la tasa activa es la que cobran por los créditos que otorgan y la pasiva la que pagan por los depósitos que reciben.
Por ejemplo, la siguiente información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú nos dice que en los primeros veintitrés días de octubre del año 2018 la tasa activa promedio en el sistema financiero peruano para las operaciones en moneda nacional fue de 14.18% . Mientras tanto, la tasa pasiva promedio fue de 2.31%.
Eso significa que el spread o margen para estas operaciones fue de 14.18 - 2.31 = 11.87 puntos porcentuales, tal como se aprecia en el gráfico siguiente:
La información también hace posible observar que dicho spread ha sido a lo largo del presente año significativamente menor que el del año pasado.
Por su parte, para las operaciones en moneda extranjera, el spread fue de 7.13 puntos porcentuales para el mismo período, como consecuencia de una tasa activa promedio de 7.85% y una pasiva promedio de 0.72%.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)