Se tiende a confundir ambos conceptos pensando que son sinónimos, pero en realidad son diferentes.
La Eficacia es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, sin tener en cuenta la forma en que se logra.
La Eficiencia, en cambio, es la capacidad de alcanzar el objetivo planteado, pero con el menor costo posible.
Dos trabajadores podrían tener la misma eficacia, no sólo por ser capaces de ejecutar determinada labor, sino por llevarla a cabo en el mismo tiempo. Pero uno será más eficiente que el otro si lo hace con un menor costo, por ejemplo empleando una menor cantidad de recursos o echando a perder menos materiales.
En un caso como ese, de similar eficacia, pero distinta eficiencia, la empresa sin duda preferirá al trabajador más eficiente, pues le permitirá conseguir sus objetivos de una manera mucho menos costosa y por ende mucho más rentable.
Pero podría darse el caso de que un trabajador sea mucho más eficaz que otro, aunque no tan bueno en términos de eficiencia. Por ejemplo, produce mucho más rápido, pero a la vez desperdicia más material. En ese caso la empresa deberá decidir aplicando el criterio de la Efectividad, que toma en cuenta simultáneamente el logro obtenido y el costo implicado en ese proceso.
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