La bolsa de valores suele ser un mercado donde se puede obtener una rentabilidad mayor que en otras opciones de inversión. Sin embargo, en contrapartida, tiene implícito un mayor riesgo, debido a lo cual hay que ser cauto al participar en ella.
Las siguientes recomendaciones son muy útiles:
1. Invertir sólo los excedentes. No se debe emplear recursos destinados a cubrir las necesidades básicas, como las de alimentación, vivienda, educación o salud.
2. Invertir preferentemente en acciones de las empresas más sólidas y rentables.
3. Preferir las acciones cuyos precios permanecen relativamente bajos sin razón aparente. Si son de empresas sólidas y de buen manejo, tarde o temprano subirán.
4. Invertir con un horizonte de mediano o largo plazo. Es muy riesgoso invertir recursos de corto plazo, pues una baja de las cotizaciones podría provocar una pérdida.
5. Evitar invertir en acciones cuyo precio haya subido abruptamente en el corto plazo, pues tarde o temprano el precio retrocederá, cuando otros inversionistas decidan vender para realizar su ganancia. Es preferible esperar a que el precio retroceda un poco. Revisar gráficos de evolución de precios.
6. Tratar de diversificar la inversión, adquiriendo acciones de varias empresas o sectores, con el fin de compensar las eventuales pérdidas de unas con las ganancias de otras.
7. Salir rápidamente, cuando algún acontecimiento político o económico grave haga prever que la economía y el mercado bursátil entrarán en crisis.
8. No precipitarse ni salir apuradamente cuando exista una caída de la bolsa sin fundamentos, motivada únicamente por la especulación. En la mayoría de casos, estas caídas son seguidas por una rápida recuperación y normalización de las cotizaciones.
9. Vender apenas se obtenga una rentabilidad razonable. Pretender que la acción suba indefinidamente no tiene sentido. La ambición muchas veces conduce a perder lo ganado.
10. Si luego de una buena venta no se percibe una oportunidad interesante para comprar otras acciones, mantener el dinero en el banco, a la espera de una ocasión propicia.
11. Hacer una revisión previa de la situación de la economía mundial y nacional, para verificar que no haya turbulencias económicas o financieras en perspectiva.
12. Estudiar el sector en que se halla la empresa, así como las variables que la podrían afectar (impuestos, precios, tipos de cambio, exoneraciones, inversión pública, etc.). Por ejemplo, el tipo de cambio y los precios de los minerales influyen enormemente en las acciones mineras, así como un megaproyecto de construcción influye en las acciones cementeras.
13. Hacer una evaluación sucinta de los estados financieros de la empresa en la cual se piensa invertir, revisando indicadores básicos como el nivel e incremento de ventas, utilidad operativa y utilidad antes de impuestos.
14. Revisar los principales indicadores bursátiles de la empresa, tales como su nivel de liquidez, índice de lucratividad, relación Precio/Valor Contable, y ratio Precio/Utilidad (Price-Earning Ratio o PER).
15. No comprar antes de la presentación de los estados financieros, pues unos resultados inesperadamente decepcionantes podrían derrumbar el precio. Hacerlo únicamente cuando haya muy alta probabilidad de que los resultados sean buenos.
16. No confiar ciegamente en los rumores acerca de incrementos en una acción, pues podrían resultar falsos. Tratar de confirmar la noticia.
17. Estar atento a los hechos de importancia de la empresa (proyectos de ampliación, fusiones, incorporación de socios estratégicos, incremento de capital, etc.), pues éstos suelen influir significativamente en el valor de la acción.
En realidad, usted no tiene necesidad de considerar a pie juntillas todos estos factores, pues su agente de bolsa ya los tiene en cuenta. Sin embargo, siempre es bueno estar al tanto de los hechos.
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